Especial Navidades, "Ay del chiquiritín" Villancico para Ukelele, guitarra y flauta dulce.
Aquí os dejamos un villancico muy especial para ukelele, guitarra y flauta dulce.
Entre los acontecimientos ocurridos en un día 25 de abril, el más recordado aquí en España es sin duda la Revolución de los Claveles. En el país de al lado celebran manifestaciones para no olvidar el momento en que se liberaron de la dictadura que les oprimió durante casi medio siglo y para transmitir la memoria de ese día a los que hace 41 años todavía no habían nacido o eran demasiado jóvenes. Hace tres años tuve la oportunidad de participar en ese emocionante momento en Lisboa y de cantar junto con nuestros vecinos lusos Grândola, Vila Morena.
En el relato de ese momento también recordé la celebración que se hace en Italia en ese mismo día, por un motivo bastante similar: la liberación de Italia de la ocupación nazifascista. Ese momento glorioso, la insurrección coordinada por el Comité de Liberación Nacional de todos los territorios del norte de Italia todavía controlados por el ejercito alemán y por el gobierno fascista reconstituido por Mussolini en Saló. En efecto, después de la caída del dictador, en el verano de 1943 tras más de 20 años de opresión, éste constituyó un estado títere cuyos hilos estaban en las manos de Hitler, algo que terminó sólo tras más de un año y medio de resistencia política y militar partisana. Los partisanos liberaron el norte de Italia antes de la llegada de los Aliados, que marchaban desde el sur. También obstaculizaron la retirada de las tropas alemanas para evitar su reorganización con una guerra de guerrillas que provocó muchas bajas entre los combatientes y entre los civiles, que fueron blanco de las crueles represalias de los nazis. Los partisanos y partisanas que dieron su vida por la libertad durante esta etapa de la II Guerra Mundial fueron muchos. Según la Wikipedia:
Se calcula que fueron unos 44.700 miembros de la Resistencia (entre partisanos y miembros del ejército regular del Reino del Sur) los que murieron en combate o inmediatamente a su captura por los fascistas o los nazis (de ellos, 10.260 corresponden a la División Acqui). Otros 21.200 combatientes quedaron mutilados. Unas 4.653 mujeres fueron arrestadas y torturadas: a 2.750 se las deportó a Alemania, 2.812 murieron fusiladas o ahorcadas; 1.070 cayeron en combate; 15 fueron condecoradas con la medalla de oro al valor militar.
Hoy, 70 años después de la liberación de Italia, les recordamos con gratitud y transmitimos su recuerdo, que muchos hemos recibido de padres y abuelos, a los más jóvenes para que nunca se pierda la memoria de esos acontecimientos.
Así como en Portugal Grandôla resuena hoy en las plazas de cada ciudad y pueblo, en Italia se oyen las notas y las palabras de Bella ciao, una canción popular que en su origen probablemente haya sido un canto de trabajo de los arrozales con un fuerte componente reivindicativo. Con otra letra, fue uno de los más importantes cantos de la Resistencia y del antifascismo, llegando a traspasar las fronteras italianas representando en cualquier lugar la resistencia contra toda opresión y amenaza a la libertad. En este sentido, también resonó durante el funeral de las víctimas de la masacre del semanario satírico francés Charlie Hebdo, un atentado a la libertad de expresión. Hasta se puede oír en alguna iglesia católica, siempre que el cura sea una persona muy especial.
Hay muchas versiones que merece la pena escuchar. Os propongo dos: la combat folk de los Modena City Ramblers y la balcánica de Goran Bregovic. Y después, el arreglo para flauta dulce.
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Dentro de unas horas, cuando los habitantes de América se vayan despertando, las bandas, recorriendo las calles de las poblaciones estadounidenses, anunciarán que es el Día de la Independencia con una serie de canciones de tintes patrióticos entre las cuales no faltará The Star-Spangled Banner, el himno nacional de Estados Unidos. En gran parte del país, sobre todo en los estados del noreste, resonará también Yankee Doodle que sin duda no faltará en Connecticut, ya que es el himno oficial de este estado.
En su origen, esta melodía pegadiza se remonta a mediados del siglo XVIII, cuando muchos de los estados que conforman hoy la república federal eran colonias británicas. Durante la Guerra de los Siete Años, la misma melodía tenía un texto patriótico que hacía referencia a Ephraim Williams, un coronel que murió con su regimiento en una emboscada. Posteriormente se utilizó con letras más jocosas y hasta se incluyó en óperas cómicas.
Los oficiales ingleses la usaron para burlarse de sus subordinados americanos, en su gran mayoría voluntarios de orígenes humildes y de carácter simplón, cantándola con esta letra:
Yankee Doodle, keep it up,
Yankee Doodle dandy;
Mind the music and the step,
And with the girls be handy!
Yankee Doodle, sigue así,
Yankee Doodle dandy;
Recuerda la música y los pasos,
¡Y con las chicas sé gentil!
La palabra macaroni se empleaba en la Inglaterra de aquella época para definir a un inglés que vestía y hablaba de manera amanerada, imitando las modas extranjeras (sobre todo francesa e italiana) de manera que resultaba ridículo en su aspecto e incomprensible en su habla (de ahí el adjetivo macarrónico para referirse a un uso incorrecto del latín o de una lengua extranjera).
Esas son la primera estrofa y el estribillo de la versión actual, aunque en realidad Yankee Doodle es actualmente más conocida, por lo menos fuera de Estados Unidos, en su versión bandística, con pífanos (parecido al flautín pero sin llaves) y tambores.
Intentando recrear esa sonoridad, la he arreglado para dos flautas dulces y tambor.
A pesar de tantos uniformes y tambores, y hasta sin conocer su letra actual, Yankee Doodle tiene cierto intrínseco tono jocoso y divertido que invita a la chanza. En este sentido inspiró al violinista belga Henri Vieuxtemps a componer en 1843 su Souvenir d’Amérique, Variations burlesques sur “Yankee Doodle”, Op. 17, una pieza brillante llena de cuerdas dobles y acordes, armónicos artificiales, pizzicato de mano izquierda y otros efectos virtuosísticos que podemos disfrutar en la impecable interpretación de Ann Fontanella.